En un vino, como en cualquier otro producto, ya no importa únicamente el contenido sino también el envase que lo contiene.
Su diseño e imagen, son factores que influyen en la decisión de compra del consumidor.
Como ya decíamos durante el artículo sobre las Tendencias del etiquetado del vino 2016, lo que va a hacer al comprador adquirir un vino u otro, es lo visual, algo que le atraiga y le haga sentir curiosidad por un producto concreto.
Cuando una etiqueta destaca sobre otras, suele ser por su estilo, gusto, originalidad o porque transmite algo que en ocasiones ni siquiera el consumidor es capaz de percibir, pero que lo siente. Esto se suele acrecentar en el momento en que un cliente se encuentra indeciso ante varios vinos que no conoce o no ha probado; éste terminará eligiendo según la estética: por la tipografía, la forma de la botella, el colorido u otros elementos claramente visuales. De ahí la importancia de acertar con un diseño correcto y un packaging ideal para el producto que se pretende vender.
En el mundo de la enología estos elementos influyen en el proceso de compra mucho más de lo que normalmente pensamos, por ello a continuación os damos algunas claves para crear una etiqueta de vino que puede acercaros al éxito.
Crea una buena etiqueta y saborea el éxito
No es únicamente importante “el nombre del vino”. Lo verdaderamente relevante y también más complejo, es conseguir que la etiqueta transmita la esencia del producto y genere sensaciones en los consumidores.
Hay que conocer el público que suele consumir ese vino en concreto y dirigirse a él con una etiqueta que lo obligue a querer saber más, a probarlo.
¿Tu vino es bueno? Transmite esta calidad a través del diseño, del packaging, del corcho y del color. Consigue que sin ni siquiera probarlo genere expectativas.
La etiqueta es una carta de presentación, por lo tanto hay que aprovechar para dar la mayor información de calidad posible, pero siempre de una manera atractiva y si es original, mejor. No olvides dejar sitio para incluir los datos obligatorios en el etiquetado.
La calidad y el tipo de etiqueta debe encontrarse acorde con el vino y ser resistente a la humedad, la temperatura, etc. Las etiquetas adhesivas y sleeves son dos buenas opciones para este cometido.
Piensa en cuál puede ser el mejor packaging, pero por ser innovador no olvides que debe ser práctico y fácil de llevar, no permitas que el cliente cuando la coja piense “la dejo aquí y luego vuelvo”.
JAMÁS copies el packaging de la competencia por muy bien que le haya ido. Crea tu propia etiqueta y consigue que sea única e irrepetible.
Si logras encontrar un diseño acertado, no lo cambies, al menos, mientras te siga funcionando.
Cuándo cambiar la etiqueta de tu vino
Si tu producto sigue siendo igual de bueno pero las ventas comienzan a bajar, será un buen momento para pensar en actualizar su imagen. Sé auténtico. Sé original.
No obstante, recuerda siempre ser fiel al producto y a su historia a la hora de innovar en su etiquetado, ya que así los consumidores se seguirán sintiendo vinculados con el producto.
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