El pasado 2 de junio, fue uno de esos días que marcamos de manera especial en nuestro calendario.
Tras 40 años formando parte de nuestra familia Grupo Macho, se jubilaba como director financiero nuestro gran compañero Antonio Ulecia.
Hemos querido tener una última charla con él para repasar su trayectoria en nuestra empresa

P: Antonio, ya lo comentábamos antes, 40 años, tu trayectoria con nosotros empieza en 1.982, cuéntanos un poco más de tus inicios.
R: Cuando solicitó mi servicio el fundador Juan Macho Hernández, me incorporé con mucha ilusión al puesto de trabajo, ya que me encontraba temporalmente trabajando en Sevilla en una empresa de artes gráficas. Mi llegada coincidió con la implantación del Plan General de Contabilidad de aquellos años. En ese período todo el sistema de contabilidad era manual.
Desde el día 27 de noviembre de 1982, fecha de mi incorporación a Grupo Macho, han ocurrido muchos acontecimientos laborales y personales en mi vida.
Al poco tiempo, y tras contratarse a una empresa de consultoría de Barcelona, pasamos la contabilidad de la empresa al sistema de Decalco, seguido de cursos de conocimiento y desarrollo de la futura implantación del modelo informático elegido.
A partir de ese momento, no se dejó nunca de invertir en informática para poder establecer un modelo lo más completo posible. Con ello, conseguiríamos obtener la información necesaria y precisa para el buen funcionamiento de la empresa, conociendo en todos los departamentos sus costes y demás vicisitudes. En el año 2016, se dio el gran paso al contratar SAP, herramienta definitiva para desarrollar toda la información que la empresa necesitaba.
Todos estos cambios requirieron el gran esfuerzo y sacrificio de todos los departamentos.
En contabilidad y finanzas siempre he intentado estar a la altura del trabajo exigido, con mucha ilusión, dedicación, entrega y constancia en el día a día.
P: ¿Cómo ha sido trabajar en Grupo Macho?
R: Tuve mucha suerte con mi incorporación a esta familia, para mí, mi segunda familia, sin lugar a dudas. El tiempo ha pasado volando, y aún, todavía no me lo creo. Parece que me encuentro de vacaciones, y que, dentro de unos días, volveré a incorporarme a la empresa.
Todo lo que he aprendido en estos años se lo debo a la Familia Macho.
Siempre han invertido en mí para que me formase más, al igual que pasaba con otros departamentos; sin regateos, con los mejores profesionales, con las mejores empresas de consultoría.
Siempre me ha gustado mi trabajo que, aunque de primeras pudiera parecer monótono, no lo es. Cada mañana me levantaba con la misma ilusión y energía. He sido muy feliz con mi Familia Macho, y pienso que seguiré siéndolo. Les estaré eternamente agradecido.
P: ¿Cuáles son los retos más destacables a los que os habéis tenido que enfrentar?
R: Evidentemente han sido muchos. Yo destacaría las continuas implantaciones informáticas que se establecieron en el tiempo según las necesidades. Esto conllevaba muchos cambios y horas de trabajo para incorporarlas a las ya existentes.
Sin comparación, SAP fue el reto más complicado y difícil, dada su magnitud y desarrollo.
P: Alguna historia para recordar que nos puedas contar
R: La que recuerdo en estos momentos, y como homenaje al fundador Juan Macho Hernández, aconteció en el año 1982; por entonces llevaba muy poco tiempo trabajando para él. Una vez oí cómo reclamábamos por teléfono la calidad del papel para la impresión a una gran empresa de Barcelona: era muy malo, no iba bien en máquina y daba muchos problemas, además de ocasionar retrasos en la terminación de diferentes pedidos.
Al poco tiempo, se presentaron tres altos directivos de la empresa suministradora del papel. Al llegar, preguntaron el motivo por el que teníamos esa opinión del papel. Juan Macho Hernández los condujo al taller y les dijo: «Yo no lo digo, lo dice ella». Los visitantes se volvieron hacia donde les indicaba y comprobaron que había una máquina suiza Gallus R160. Era la primera máquina de su clase en Andalucía, y reconocida internacionalmente como una de las mejores del mundo.
Esos señores se quedaron boquiabiertos, ya que no esperaban que en un pueblo de Sevilla hubiese una máquina así. Se podían contar con los dedos de la mano, las que había en España por aquel entonces.
P: ¿Cuál es el mayor valor que destacarías de Grupo Macho?
R: Indudablemente, el grado total de compromiso que tiene el Grupo Macho con la calidad y el servicio al Cliente.
De la misma forma, la atención que le brinda a diario al capital humano de la empresa. Eso es algo que siempre he valorado, así como la flexibilidad que tiene la Dirección con los trabajadores.
P: Nos gustaría que dejases un mensaje para todos tus compañeros del departamento financiero.
R: El departamento financiero está compuesto por personas con una gran preparación y experiencia profesional, cuya eficacia está garantizada para el futuro.
Yo les diría que la vida es continuo aprendizaje, por lo que tendrán que enfrentarse a nuevos retos ante una sociedad en constante cambio; a pesar de ello, estoy seguro de que los afrontarán con ilusión, perseverancia y confianza.
Solo les puedo desear mucho éxito de todo corazón.
P: Y ahora, ¿en qué vas a emplear tu tiempo?
R: Principalmente, a descansar y a hacer aquellas actividades que, por cuestión de incompatibilidad horaria, no podía hacer con la asiduidad que me hubiera gustado. Entre ellas, podría destacar viajar, pasar más tiempo con mi familia, asistir a eventos o talleres culturales, etc.
P: Por último, una pregunta que nos conmueve mucho, ¿nos vas a echar de menos?
R: Después de cuarenta años desempeñando mi trabajo en el mismo lugar, me parece que se da por sentado que os voy a echar mucho de menos. Es imposible poder olvidar todos los momentos entrañables y alegres que hemos vivido juntos, al igual que los tiempos difíciles a los que nos tuvimos que enfrentar debido a la aparición del COVID. De hecho, ya me ocurre:
No hay día que no me acuerde de todo el equipo humano que forma esta empresa, mi segunda familia.
En cuanto a la Familia Macho, no puedo más que expresarles mi gratitud por haber depositado en mí toda su confianza, por sus innumerables muestras de cariño y deferencia hacia mi familia a lo largo de todos estos años. Muchísimas gracias por todas las vivencias compartidas y la ayuda sincera que me habéis brindado siempre; he sido muy feliz en vuestra casa. Por último, no puedo terminar sin recordar muy especialmente a Juan Macho Hernández y a su esposa Mercedes Rodríguez-Buzón, a quienes llevo en mi corazón, al igual que a toda la familia. Os recordaré toda mi vida.
Sin duda, Antonio, siempre serás todo un ejemplo para nosotros. Solo podemos agradecerte todo lo que nos has aportado estos 40 años, honesto y detallista con todo el personal. Te echaremos mucho de menos, ¡feliz jubilación!